Carriola.Redacción.05.07.21
Un alto porcentaje d las fotografías del Marín antiguo, digamos de principios del siglo XX, contienen más o menos cercano, el puente metálico que estuvo durante cuatro décadas sobre el Río Lameiriña. Fue un elemento más en el proyecto de construcción del Dique del Oeste, en 1896 por Narciso Puig de la Bellacasa y reformado posteriormente, en 1897 por Bienvenido Dueso.
Manuel Cendán, en su libro “Marín en las Tarjetas Postales Antiguas” recoge la singularidad histórica de que el puente aparecía en el proyecto pero no el cálculo de su importe del tramo metálico que fue realizado por el ingeniero Eduardo Fungairiño en 1899 lo cual obligó ya entrado el 1903 a una reunión entre el ingeniero y el encargado de la obra para estipular el precio del hierro que quedó establecido en 0,60 pesetas el kilo pero incluyendo otros gastos propios de su traslado, manipulación y ajustes necesarios.
El puente se construyó en los talleres de Echavarri Petrement y Compañía de Miravalles y fue colocado para que en enero de 1911, los técnicos correspondientes procedieran al reconocimiento del aquel tramo metálico y las pruebas de carga estática y dinámica quedando levantada el acta de su aprobación el ocho de mayo de 1911 y aceptada la conformidad por Obras del Puerto. El tramo metálico tenía una longitud de 26 metros y estuvo en funcionamiento hasta el año1942 cuando se iniciaron las obras de construcción de la Escuela Naval Militar.
Fue entonces y concretamente el 31 de diciembre de 1942 cuando el director general de Puertos comunicó al ingeniero del puerto marinense la necesidad o la orden de la retirada del puente metálico que deberías ser desmontado y sus piezas preparadas para ser transportado a otra ubicación donde debería ser colocado de nuevo. Se encargó del desmontaje la empresa local Ramón Fernández que, aceptando el presupuesto, se puso manos a la obra terminada la cual se procedió al traslado de las numerosas piezas, que tenían un peso total de cincuenta toneladas, a Alicante donde sería reinstalado por la jefatura de Obras Públicas de la provincia.
Fue la compañía Ibarra la encargada del transporte del medio centenar de toneladas de hierro a su nuevo destino en los buques Cabo Corona, que llevó 15 toneladas; Cabo Toriñana, 30 y Monte Buitre, que arrambló con el resto, unas cinco toneladas, las últimas de un icono que representó durante casi medio siglo, el inicio de la transformación del litoral marinense con la construcción por etapas del actual Puerto de Marín.
Manuel Cendán no dejó escapar en su libro este singular detalle que representó la presencia del puente de hierro al que, los seguidores de Carriola de Marín podrán recordar, se refirió enecdoticamente Santiago Rosales Ardá en una entrevista que en vida le hicimos en otro medio que puede ser vista en el historial de publicaciones de esta página.