Carriola. Redacción. 15.03.22
Sostiene en una entrevista exclusiva a FARO DE VIGO que este marinero cambió su versión una vez llegó a España, y que no le ha vuelto a ver desde que se separaron en el aeródromo de Santiago. El último marinero en fallecer dentro de la balsa salvavidas fue William Arévalo Pérez cuando ya tenían a la vista al primer barco que llegó a la zona
Se cumple hoy un mes del naufragio del Villa de Pitanxo en aguas de Terranova. Se ha hablado muchísimo de las circunstancias del accidente, primero con las opiniones de los expertos que hablaban de las posibles causas sin atreverse a asegurar los motivos porque sin conocer más, decían, "es prematuro hablar de cómo un moderno buque de 50 metros de eslora se puede ir al fondo en ese pequeñísimo lapso de tiempo". Después vinieron, a cuentagotas durante estos días pasados, las estractos de las declaraciones ya conocidas de Samuel Kwesi Koufie, marinero Ghanés, que dejan en muy mal lugar y de hecho han provocado el inicio de una investigación de la Audiencia Nacional, al capitán del barco por diferentes motivos en su actuación tanto en el momento del accidente como en los días anteriores.
Y es el turno ahora de Juan Padín, el Patrón, que acusa abiertamente en la entrevista en Faro de Vigo a Samuel Kwesi de mentir y le pide que deje de hacerlo "porque ya no solo es desagradable, sino también inhumano" para las familias de los fallecidos y también para la suya propia. El capitán del Villa de Pitanxo relata cómo se produjo el siniestro, a raíz, -se mantiene en su versión-, del fallo en el propulsor principal que dejó el barco sin gobierno. Dice que la situación no se puede expresar con palabras y que decidió conceder esta entrevista en Faro de Vigo solo por las familias, para aclarar que hicieron todo lo que estuvo en su mano para salvarse, y que el accidente fue muy rápido.
Según Padín, las condiciones del mar ese día eran las de un día normal de trabajo, y de hecho todos los barcos que estaban en su entorno, caso del Playa de Menduíña 2 y Novo Virgem da Barca, (primeros barcos en llegar al rescate), estaban pescando. Era un día más de trabajo, tiene habido días mucho peores de climatología en los que también se trabaja y que en Canadá es así, una zona de frío y de mal tiempo. En un momento de la virada del aparejo el motor principal se paró y él llamó a la sala de máquinas a ver qué pasaba. El primer oficial contestó y dijo que habían comunicado al jefe para que bajase a ver qué es lo que había pasado, y entonces dio la orden de encender el motor auxiliar para poder manejar la maquinilla que tira del aparejo. Esto no llegó a suceder y los motores auxiliares nunca llegaron a encenderse, y el barco hizo un "efecto fuelle", porque al no haber máquina que tire del aparejo el barco se mueve en dirección contraria, hacia el mar y el viento, lo que provoca unas olas mayores.
Sin motor auxiliar tampoco se puede virar ni desvirar, por lo que decretó el Abandono del buque
Continúa el relato del patrón cangués explicando que, sin motor principal y sin auxiliar no se puede virar ni desvirar, y que no existe un sistema que permita soltar el aparejo aunque sea a costa de perder puertas y redes de pesca. Sin motores, y al no poder desvirar y ante la entrada continua de agua que hizo que el barco escorase a babor de forma muy rápida, decretó el abandono del buque.
Hubo un brote de Covid a bordo, pero se siguieron instrucciones de Centro Radio Médico de Madrid y esto no influyó para nada en las circunstancias del naufragio
En lo que respecta al brote de Covid a bordo, Juan Padín manifestó a Faro de Vigo que es cierto, que en un primer momento hubo dos marineros contagiados a los que les habilitó un espacio para que no tuviesen contacto con el resto, pero que después, al conocerse la existencia de otros cuatro casos más a bordo, -todos estaban vacunados-, y en la seguridad de que habría más contagios siguió las instrucciones del Centro Radio Médico de Madrid, que comunicó que al ser asintomáticos los marineros podían continuar con su trabajo normalmente.
La balsa salvavidas sufrió un percance, se quedó "enganchada" al Villa de Pitanxo lo que le provocó daños cuando se desprendió del buque
Por último, y en referencia a las balsas salvavidas, el Patrón declaró a este diario que hubo un problema y que el bote salvavidas en el que vió entrar a 11 marineros, - al final solo había 9-, se quedó enganchado de algún modo al barco y cuanto el buque se hundió dio dos tirones antes de desengancharse definitivamente. Esto provocó daños en este material de supervivencia y que entrase una cantidad de agua significativa también en el habitáculo. Solo tenían el traje de supervivencia el patrón y su sobrino, y casi todos se pusieron chaleco salvavidas, que aunque te permite flotar en el agua, no protege de la hipotermia en unos mares tan gélidos como el de Terranova. "Fueron muriendo uno a uno, en mis manos, - dice -, y el último en fallecer fue William Arévalo Pérez, minutos antes de que el Playa de Menduíña les rescatase de la embarcación auxiliar".
Declaración oficial en Canadá
Juan Padín asegura que cuando fueron rescatados del mar, varios peritos de compañías de seguros distintas hablaron por separado con cada uno de los supervivientes. Una vez en tierra en Canadá las autoridades tomaron declaración a los tres y, una vez en el Puerto de San Juan, un notario les tomó también declaración, tanto de forma individual como conjunta. Juan Padín efectuó entonces la "Protesta de mar", y los tres estuvieron de acuerdo en la versión ofrecida y firmaron un documento, -después de su lectura a viva voz-, ante notario y cónsul español "que no tiene nada que ver con las cosas que está contando ahora". Dice que ahora Samuel, al que no ha vuelto a ver desde que se separaron en Santiago, se mantiene acompañado de un abogado y hace declaraciones a un medio de comunicación concreto, - sin especificar cuál-, que no son ciertas y que están haciendo daño a las familias, incluida la del mismo Patrón.