Hace unos meses que no sabía de ella.
La señora Josefa Area fue durante años el asombro de muchos incondicionales que la oían y la escuchaban cada vez que tuvo oportunidad de recitar sus poemas. Es una mujer curtida en la vida misma y refleja en sus versos la sabiduría de lo aprendido a lo largo de sus muchos años.
Por una carambola inesperada supe que la señora Josefa se encuentra viviendo en una residencia donde, además de compartir su humanidad con compañeros, compañeras y personal, sigue leyendo y, sobre todo, escribiendo sus versos con la profundidad de siempre. Me ha llegado su voz en un audio de wsp recitando un poema con base en el Coronavirus reflejando la angustia y la esperanza. Pues aquí lo dejamos:
Porque así se hizo llegar
virus que nadie esperaba
extendiendo una pandemia
que a los humanos agarra
con el nombre de “corona”,
así quedó bautizada,
sin ser corona de flores
ni de rosas perfumadas
y sí corona de zarzas
de espinas muy afiladas.
Ya la cruz de nuestras vidas
por nuestro costado llegaba
con temores e inquietudes
logra ser la más pesada,
puede recorrer el mundo
porque en los vientos viaja,
fantasma no percibido
porque cadenas no arrastra
no sabemos como cuando
nos puede clavar sus garras.
A todos los continentes
hizo llegar el calvario
los primeros en caer
los indefensos ancianos,
ahora ya con sus brotes
llega a mozos y a medianos.
Y ya en segunda vuelta
va esparciendo contagios
y aquí seguimos todos
con el semblante angustiado
cuando vemos a caídos
tras las huella de su pasos
aunque todo hay que decirlo
que muchos quedan curados
para así seguir viviendo
aunque sea acongojados.
Los científicos del mundo
todos a seguir buscando
vacunas para el tal virus
causante de tantos daños.
Confiemos en la ciencia
no se pierda la esperanza
que el remedio llegará
como en épocas pasadas.
Viruela, tuberculosis
su visita ha sido dada
que por los ancianos ....
aún puede ser recordada.
En nuestra edad escolar
todos a ser vacunados
de la terrible viruela
que dejó rostros marcados
y a vivir con esas huellas
en el correr de los años.
Y aquella tuberculosis
que en los mozos se encarnaba
ya por ser tan contagiosa
muchos estragos causaba.
Dos o tres o más hermanos
uno tras otro acababan
con el hambre y con la guerra
mucho más se acentuaba.
Algún soldado español
la muerte con el llegaba
por mis recuerdos de antaño,
triste historia aquí contada:
Llega un soldado enfermo
y a su mujer contagiaba
que con dos hijos pequeños
una familia formaban
y a la vuelta no de un año
los cuatro el mundo dejaban.
Y como este otros casos
que al anónimo pasaban
y en el pozo del olvido
ya por siempre se quedaban.
Gracias pues al doctor Fleming
el tan terrible contagio
aniquilado quedaba
con la tal penicilina
que al paciente le inyectaban
él mismo la descubrió
y por el fue patentada.
En nuestros pasos a dar
todo llega, y todo acaba
este mal que nos asola
y tantos quebrantos causa,
también pasará a la historia
dejando un sabor que amarga.
Por algo dicen del mundo
que es nuestro valle de lágrimas
el por qué que allí dejé
cuando la rima empezaba
busca un segundo por qué
de convincentes palabras
ahí quedó preguntando
a cada viento que pasa
ellos siempre nos responden
con la voz de la esperanza.
Misterios tiene la vida
ocultos y agazapados
que sólo la ciencia tiene
el saber como encontrarlos
ojalá que así sea,
porque así lo deseamos
a que encuentren en su busca
remedio tan necesario
sin dejar de dar las gracias
a todos los sanitarios
ya por ser los más expuestos
a que les llegue el contagio.
Algunos ya perecieron
en heróico anonimato
otros siguen en la brecha
no sabemos hasta cuando.
Con vientos de incertidumbres
y con albas de esperanza
la escritura de estas líneas
queda aquí finalizada
Josefa Area Moreira. Año 2021