Carriola.Redacción.26.03.23
Don Álvaro Rodríguez, cura párroco de Santo Tomé de Piñeiro y coadjutor que fue de la parroquia de Marín años atrás aunque, recientemente, era frecuente verle colaborar en los servicios religiosos de Santa María del Puerto, ha fallecido en el Hospital de Santiago tras agravarse su delicado estado de salud, circunstancia que vino sobrellevando en los últimos años con gran espíritu de resignación cristiana.
Ha fallecido en el Hospitál de Santiago de Compostela donde fue operado quirúrgicamente de una crónica dolencia cardíaca , don Álvaro Rodríguez, párroco de Santo Tomè de Piñeiro. Sus restos mortales seràn trasladados a Marín mañana sábado y la capilla ardiente quedarà abierta en el propio templo a la espera de su traslado al cemenerio para su inhumación.
Don Álvaro Rodríguez llegó a Marín hace muchos años, siendo párroco de Santa María del Puerto don Ángel Saavedra Meijomide del que fue cuadjutor de la feligresía cuando todavía estaba incluida en ella la actual parroquia de Cantodarea.
Durante su estancia en Marín, Don Álvaro se grangeó la simpatía de los marinenses siendo como era un sacerdote abierto capaz de hacer amigos por donde pasaba y por ello, cuando fue destinado a una parroquia de Sierra de Outes, su marcha de Marín fue muy sentida por quienes le conocían. Posteriormente volvió para hacerse cargo de la feligresía de Santo Tomé de Piñeiro donde estuvo varios años hasta que fue destinado de nuevo a otro municipio para retornar aquí y desempeñar su labor de párroco de nuevo en Santo Tomé de Piñeiro colaborando frecuentemente con la de Marín en apoyo del trabajo que aquí tiene el sacerdote responsable por el volumen de la parroquia propiamente dicha y porque se da la circunstancia de que también hay que atender Mogor desde que falleció su párroco de tantos años.
Don Álvaro venía padeciendo una salud delicada lo que no le impedía ofrecer su servicio religioso allí donde era necesario hasta que su estado se agravó en los últimos días tras una operación quirúrgica que a pesar de soportar varias semanas de convalecencia, no superó
Descanse en paz nuestro querido Don Álvaro que deja en Marín el recuerdo de su buen hacer sacerdotal al servicio de todos y una gran área de amistad labrada con su espíritu de servicio y compañerismo.
