Carriola.J.Santos Pena.02.12.23
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El Concello de Marín mantenía un litigio con una familia de Chan do Monte que denunció por activa y por pasiva lo que consideraba una situación irregular emanada de unas pistas de padel que, la actual propiedad del Colegio San Narciso, montó, con licencia municipal, bajo el pabellón de deportes del centro, justamente donde, en el proyecto del magno complejo educativo que idearon y construyeron los Padres Paúles en su momento, iba a ir la piscina, que fue lo que quedó pendiente de realizar, seguramente por la aparición de las primeras crisis de estos tiempos modernos donde todo parecía que iba a ir mejor, y ya vemos como estamos a todos los niveles.
Las dichosas pistas, dos, del moderno padel, no dieron más que problemas a los vecinos del entorno que durante meses, años, tuvieron que soportar el ruido de las paladas, los gritos de los palistas y hasta en muchas ocasiones, las frases y palabrotas malsonantes de quienes, seguramente, perdían los puntos en disputa.
Y empezaron las denuncias ante la autoridad competente haciendo responsable al ayuntamiento que, al parecer, dio los permisos para cambiar el fin de aquel espacio de la soñada piscina que, durante mucho tiempo, de la primitiva intención, fue aparcamiento cubierto, hasta que se convirtió en las pistas que originaron el pleito. Y, claro, ni caso. Disculpas y descortesía municipal porque el concello y sus técnicos, cuando se enfrentan a los vecinos por los motivos que sean, siempre buscan el modo de marear la perdiz. Lo que ocurre es que hay vecinos que no se doblegan y van a los tribunales de justicia buscando, precisamente, eso, justicia. Y hete aquí que la cosa llegó allá arriba, nada menos que al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que ratificó la resolución del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Pontevedra y otorgó la razón a los vecinos que habían venido pidiendo la insonorización del recinto sin obtener de la propiedad del colegio ni la más mínima atención a sus demandas y del ayuntamiento la correspondiente atención..
Total, que el Concello ha perdido la batalla y se supone que tendrá que resarcir de algún modo los perjuicios causados por su propia terquedad. Gratis no va a salir, está claro, y ahora cabe preguntarse, sea lo que sea lo que haya que pagar, ¿quién lo pagará?..¿el Concello?...¿los técnicos que habrán informado las razones en las que se apoyaría el gobierno local? ... Pues no. Haya lo que haya que pagar, seremos los ciudadanos aportando un poquito de cada bolsillo, incluidos los demandantes, que también son ciudadanos.
Es que la soberbia tiene precio