Uno de los pintores marinenses más reconocidos.
Que Marín ha sido siempre cuna de notables e incluso grandes pintores no tiene discusión. Nombres como Manuel Torres, Villafinez, Sobrino, Pedrosa y otros muchos han dejado huella en el devenir del arte pictórico local. José Eirín fue uno de ésos que vivieron para el arte y engrandecieron el panorama de renombres locales dentro de esta especialidad artística que es la pintura. Falleció muy joven, mucho más joven de lo que los demás entendemos que merecía, y supo estar siempre a la altura de la manifestación cultural mientras la salud se lo permitió. Llevó su arte a numerosos lugares donde dejó el nombre de Marín inscrito al lado del suyo y, además de su especial tendencia por plasmar en los cuadros lo que veía en la realidad o lo que su imaginación le hacía ver, también tuvo tiempo para colaborar en otros campos de la cultura local y aquellos años en los que ejerció de “Bispo” en el genuino “Enterro da Sardiña” de Marín, fueron ejemplo de ello, al igual que su participación en la música, fundador de aquel famoso conjunto “Los Xeixos” que llenó las pistas de baile de la juventud del último tercio del pasado siglo.
Antón Sobral dijo de él “Eirín é, ante todo, un creador, un artista no que se mestura a pintura, a música e a sabedoría e, cando falo de sabedoría refírome a un xeito de vivir epicúreo”. “Xunto coa pintura e coa música, o sentido do humor era unha constante; estar con el era sempre ledo”. “Eirín era modelo para entender a vida dende outra dimensión, unha dimensión lúdica fronte ao excesivo pesimismo que nos invade, e frente aos grises e tristes días do inverno marinense e galego”. “A súa aposta pola arte foi sincera e humilde, como os grandes creadores e deixounos unha gran lección de autenticidade, alegría e autenticidade que se transparenta na súa obra pictórica”
Elmismo Sobral en el catálogo de la exposición póstuma, al analizar la calidade artística de Eirín, manifesta “Artista dun esquisito debuxo , dominador da cor, da pincelada, do xesto e da composición, deixounos unha mirada precisa da súa terra e sobre todo, do mar”.
Y remata Antón con una frase lapidaria con respecto a Eirín” “Dun gran artista como Eirín só se pode decir algo máis, e é que foi un excelente amigo, lo que resume de manera precisa la personalidad de José Eirín, “Josecho”, para los más próximos que compartimos con él la juvetud que todo lo puede en aquel tiempo en que con nuestras “Veloxoles” hacíamos rutas ata al “fin del mundo” como si cabalgásemos motos de gran cilindrada y non fue ni la primeria ni la segunda vez que, alguno de nosotros tivieramos que volver a Marín dando pedaladas por avería o por quedar sen a gasolina en el depósito de un litro con mezcla que nos costaba nueve pesetas o litro. Valga este pequeña serie de reproducción de sus cuadros como homenaje a su recuerdo.
Hoxe queremos lembrar a Josecho Eirín tanto na súa faceta de amigo e compañeiro como na do gran pintor que foi e aínda pudo ser moito máis se a vida non se lle truncara no mellor. Pero os marinenses non imos deixar que desapareza o seu recordo.