Es lógico que con el paso del tiempo las cosas se vayan desgastando y algunos elementos, como éste de la foto, terminan estropeándose. Pero en el caso que nos ocupa, por antigüedad, nada más que el mal uso, o incluso la mala fe, justifican la rotura de un robusto elemento de este parque que es prácticamente nuevo, el puente hecho de malla de cuerda que une uno de los toboganes con la pared de escalada.
Quizás es excesivo hablar de vandalismo, pero lo que sí está claro es que a veces no merecemos lo que tenemos. Por eso las cosas no duran.