Carriola. Julio Santos Pena. 25.04.21
Desde hace muchos años se viene elucubrando sobre el edificio de la Aduana que se encuentra justo al lado del ayuntamiento. Y se ha venido especulando con la posibilidad de convertirlo en un anexo al de la Casa Consistorial, lo que ofrecería muy buenas posibilidades organizativas de los servicios municipales que, actualmente en algunos casos, están demasiado comprimidos en espacios bastante reducidos. La evidencia de este problema ha sido, precisamente, este tiempo de pandemia en el que, ciertas oficinas, tuvieron que ser desdobladas para que los funcionarios o trabajadores no estuvieran demasiado próximos para seguir la normativa exigida al caso. Menos mal que en estos momentos se cuenta con los locales libres de la Casa del Balcón, no muy lejos de la Consistorial, a donde se han desplazado algunos servicios para, precisamente, soslayar el problema del Covid-19.
Hubo, no hace mucho, una real posibilidad de encontrar una viable solución con una propuesta prácticamente aceptada por el servicio de Aduana y con el anterior Gobierno de la Nación (recuérdese que Aduanas depende de la Administración Central) donde estaba un apoyo tan importante como era Ana Pastor. En aquel mismo momento, la empresa Ceferino Nogueira decidió construir sus nuevas oficinas en otro lugar del puerto, unas instalaciones acordes con la importancia y la potencia de la entidad, y abandonar las antiguas que están justamente delante de la alameda Rosalía de Castro. Los responsables del servicio de Aduanas, que habían visitado otras instalaciones portuarias, consideraron en su momento que, la planta baja, al menos, de las que dejaba Nogueira, serían idóneas para el traslado por su cercanía al caso urbano, por el fácil acceso, tanto interior como desde el exterior del puerto, y la suficiencia operativa en cuanto a espacio se refiere. Pero surgió el cambio de gobierno de España y todo quedó en nada porque además, creo recordar que, el hoy portavoz del PSOE Manuel Pazos, hizo unas declaraciones contrarias a la idoneidad del posible cambio de Aduanas y la utilización municipal de su actual edificio, una actitud que, al menos a nivel personal, me pareció ya entonces inadecuada para los intereses de Marín, aunque habría que saber ahora, si se vuelve a dar el caso, y estando Pazos en la corporación, revertiría su opinión o mantendría su postura.
Se da la circunstancia de que las antiguas instalaciones de la empresa Nogueira han sido remozadas por la Autoridad Portuaria y también, que sepamos, que sobran novias para esos locales tan bien situados como eficaces para ciertas actividades portuarias. Y cabe preguntar por qué no se reactiva la gestión del trueque de instalaciones para que Aduanas ocupe todo o parte de esas antiguas oficinas internas y deje libre su actual edificio que tanta falta hace al concello y tan excepcional situación tiene casi pegado a él para uso de los servicios municipales.
Habría que actuar ya, insistir otra vez porque, me da la espina de que, o lo hacen rápido, o se ocuparán más pronto que tarde las antiguas oficinas de Nogueira y será una posibilidad perdida. Después, ya sin remedio, nos lamentaremos.