Nos llega una foto que debe ser de la primera década del S.XX
Carriola.Redacción.24.05.21
El concello anunció a comienzos de la semana que se están realizando las obras de ampliación del Cementerio de A Raña. No será una gran cosa, en cantidad, pero sí un cierto alivio porque se aprovecha una zona desocupada para construir ochenta pequeños nichos propios para cenizas de incineraciones y ocho panteones con un total de 28 nichos de medidas normales, a cuatro por panteón, aunque en el último se reservará una parte para que sirva de almacén de material propio del trabajo de los funcionarios del cementerio.
Y mira por donde, ayer nos llega esta fotografía que debe ser de la primera década del siglo pasado, recién cerrado perimetralmente el camposanto, que anteriormente era abierto, y tras ser trasladados los difuntos cuyas familias quisieron hacerlo, desde el cementerio viejo que se ubicaba en las proximidades del Parque Eguren. Otros fueron a parar al relleno de la actual alameda Rosalía de Castro que serán, seguramente, motivo de estudio antropológico cuando por algún motivo dentro de cien años se levante ese piso. Recuerdo a mi propia abuela que me explicaba ese traslado y cómo las familias fueron colocando sus panteones, casi todos bodegas, y sobre ellos esos monolitos que se ven pegados a la valla de cierre. Todavía pueden verse hoy muchos de esos monolitos erguidos donde figuran los datos de los difuntos que yacen bajo ellos, pero la mayor parte de los mismos han sido cambiados por panteones al aire, sobre las mismas bodegas antiguas. En la foto se ve como la mayor parte de los enterramientos eran entonces en tierra y, con posterioridad, se fueron construyendo los panteones centrales hasta reducir al mínimo el viejo sistema. Pues gracias a Eusebio Villegas que nos facilita esta histórica imagen de nuestro principal camposanto municipal.