El deportivo paseo que debería durar cuatro horas se convirtió en un calvario de siete por lugares intransitables del rural
Carriola.G.P.I..19.06.21
Recibimos en Carriola de Marín una “crónica” poco gratificante de un “roteiro” que amargó la jornada a los participantes. Reproducimos tal cual el texto de la queja que debería hacer pensar a los responsables municipales para lo antes posible poner remedio a una situación que nada dice en favor de nuestros cacareados “roteiros”
Hoy con un grupo de senderistas hicimos una parte del roteiro “montes y playas” de Marín del cual tanto presume nuestro ayuntamiento.
Empezamos en la playa de Loira y nos dirijimos hacia la playa del Santo. Hasta ahí, bien.
A partir de ahí llegaron nuestros problemas. Empezamos a ascender hacia el Castelo de Ardan; las señalizaciones brillaban por su ausencia. Llegamos al Castelo de Ardán para, de ahí, dirigirnos hacia Pastoriza. La cosa empezó a ponerse emocionante pues los senderos estaban mal señalizados o daban a confusión y, sobre todo, la maleza, que los hacia intransitables.
De Pastoriza bajamos hacia Allariz a los “Ollos da Moscosa” pidiendo que nadie se torciera un tobillo; fue una suerte. De ahí nos dirigimos hacia Santo Tomé de Piñeiro, donde el barro y lama nos pasaba por encima de los tobillos, pero “lo mejor” faltaba por llegar. Empezamos a descender por el Río Loira par llegar de vuelta a la playa. El sendero prácticamente en muchos tramos no existía, todo era silvas maleza y árboles caídos. Logramos llegar al Lavadero de Soaje y partir de ahí ya fue el no va más, pues el sendero ya ni existía; se lo comiera la Naturaleza, lleno de zarzas y fentos con alturas superiores al metro cincuenta. Al final logramos llegar de nuevo a la playa de Loira pasando por fincas particulares. Como comentó uno de los senderistas, un paseo muy hermoso pero totalmente abandonado.
Así es como se luce nuestro ayuntamiento. Cuando nos visitan senderistas de otros lugares no les quedan ganas de volver. De este modo, una ruta de cuatro horas, se convirtió en una odisea de más de siete. Las peripecias por las otras rutas que ofrece el ayuntamiento de Marín las comentaremos otro día; por hoy ya llega.
No hagamos roteiros nuevos si no somos capaces de mantener los que ya tenemos. Pero ya se sabe hay que salir en la foto de inauguración para luego dejar todo abandonado.