Carriola.Redacción.10.11.22
Cientos de personas se reunieron esta tarde en la parroquia de Santo Tomé de Piñeiro, abarrotando el templo que resultó absolutamente insuficiente para albergar a los cientos de amigos que también llenaron el atrio parroquial durante la Misa por el alma de Benito González, operario de NOGAR fallecido el domingo en el incendio de Pontesa
Casi imposible desde una hora antes del comienzo de la Misa por el alma de Benito González, poder llegar a la iglesia parroquial de Santo Tomé de Piñeiro. La Policía Local se vio en la necesidad de impedir el acceso de más vehículos una vez que aquel entorno de llenó y cientos de personas tuvieron que aparcar sus coches en cunetas a mucha distancia del templo donde se vivió una nueva jornada de duelo pero, sobre todo, demostración de lo mucho que se le quería a Benito a todos los niveles, tanto familiares como vecinales como empresariales, y también en el mundo de la política perteneciendo, como pertenecía, al PSOE local por el que era concejal en la Corporación marinense.
Mucha emotividad en los asistentes
Rubén Aramburo ofició la Misa
La Misa fue oficada por Rubén Aramburu, sacerdote que fue párroco de Santo Tomé de Piñeiro y amigo personal de Benito que colaboró con él en distintos aspectos de las tareas parroquiales. Aramburu hizo una homilía especialmente emotiva y consoladora en a que dejó patente la personalidad humana de Gonzálz Dopazo.
La familia Nogueira y sus empleados asistieron a la ceremonia
Asistencia masiva y nutridas representaciones
Sería difícil poder destacar a asistentes al acto ya que la aglomeración fue tal y en tan estrecho recinto, que hizo muy difícil captar a todos pero hay que destacar la presencia de la familia Nogueira casi al pleno; los compañeros de Benito en la empresa, multitud de amigos de sus hijos que quisieron estar apoyándoles en este trance tan duro y representantes políticos con presencia de la alcaldesa María Ramallo y miembros de la Corporación, la presidenta de las Diputación Carmela Silva y otros destacados miembros del PSOE provincial y autonómico; los compañeros socialistas de Marín, e innumereables vecinos y amigos del extinto que ya descansa en paz pero pervivirá en el recuerdo de muchos como se ha demostrado desde el mismo instante en que se conoció el fatal accidente que segó su vida.
Una caída con suerte
De la dificultad del trabajo informativo de la jornada se da fe con la caída de uno de los fotógrafos de prensa, concretamente Ramón Leiro, encaramado como sus compañeros a un muro desde el que cayó varios metros sin que, por fortuna, tuviese consecuencias para él. A veces no se valora el riesgo de los informadores gráficos que, como en esta ocasión otras muchas, hacen lo imposible por dejar constancia gráfica de o que ocurre. Por suerte solo quedó en una anécdota.