Carriola.Elvira Santos Pena.25.01.23
Hoy 25 de Enero se celebra Santa Elvira. Esta fecha me trae muchos recuerdos de mi infancia y explico por qué. Mi madre se llamaba Elvira, más conocida en Marín por VIRITA. Era una buenísima modista y profesora de corte y confección. Tenía el taller en el bajo de la casa donde vivíamos y muchas oficialas y alumnas que acudían a aprender el oficio. Era algo muy común entre las chicas jóvenes al salir de la escuela, aprender a coser, unas para establecerse y otras para ellas mismas y sus familias.
El caso es que mi casa siempre estaba llena de gente joven y a mi me parecía lo más natural del mundo hasta que me dí cuenta que esa circunstancia hizo de mi infancia desde que nací , algo muy especial que otras niñas no disfrutaban. Para mí las niñas del taller eran el no va más. Me encantaba escuchar sus conversaciones y tengo recuerdos entrañables de muchas de ellas.
Tal día como hoy, mi madre organizaba una fiesta. No se trabajaba y creo recordar que ni mi hermano ni yo íbamos al cole. Desde por la mañana, las chicas entraban, salían, cuchicheaban y estaban nerviosas preparando una sorpresa para su maestra y yo por el medio a ver si me enteraba. Mientras, mi madre preparaba la merienda para la tarde. En aquellos tiempos las cosas sencillas eran un extra y lo disfrutábamos muchísimo. Y llegaba la tarde y fiesta pero fiesta de verdad. Me encanta recordarlo.
Alguien hizo esta foto de Virita en su juventud
Virita era un poco la madre de todas. Disciplina para aprender y aprovechar el tiempo pero mucha atención y mucho cariño para escuchar confidencias, para aconsejar, para animar. Así la querían todas tantísimo, Aún hoy, después de tantos años, me encuentro con algunas de aquellas chicas, hoy ya más que abuelas y la recuerdan como lo que era, una gran mujer y me lo dicen desde el corazón y yo lo recibo agradecida como un homenaje merecido.
Yo recuerdo a mi madre sentada en su máquina de coser, o en su silla baja o en la mesa de la plancha un día y otro y tantas noches , porque había que cumplir y entregar los trajes para una boda o el vestido de novia o los abrigos, puntadas y puntadas, trabajo duro hoy entiendo que durísimo y nunca le oí quejarse.
Amaba su trabajo porque era creativa y original y también lo amaba por que le proporcionaba una independencia económica que ella consideraba fundamental, así fue un pilar muy importante para el sostén de su familia.
También la recuerdo estudiando por las noches para conseguir el diploma de profesora de corte y confección. Haciendo patrones, calculando proporciones, confeccionando prendas en papel de seda. Y aprobó los cursos y consiguió su diploma. Entonces en la puerta de casa colocó un letrero azul que decía “Virita, Corte y Confección, profesora diplomada”
A mi me parecía importante tener el nombre de mi madre en un letrero azul que muchos niños y algunos mayores leían y repetían en voz alta, mientras yo pensaba “Esa es mi madre”
No eran tiempos fáciles y hubo muchas mujeres valientes y rompedoras que como mi Virita, se enfrentaron a la vida y afrontaron retos nunca suficientemente valorados.
Que sirvan estas líneas como homenaje a mi madre y en mi madre a todas ellas.
ELVIRA SANTOS PENA