Defensa insiste en que el edificio es hoy una Residencia que nada tiene que ver con un recinto sanitario
Carriola. Redacción
Una vez más los deseos de ciertos políticos con respecto a la utilización de la actual residencia de suboficiales que ocupa desde hace más de diez años las instalaciones que fueron el Hospital Militar de la Escuela Naval, se han visto frustrados por la respuesta del Gobierno Central en el sentido de que el edificio ya no tiene condiciones sanitarias como en otra época y es, simplemente, una residencia.
En esta ocasión, y reiterando sus deseos, ha sido el Bloque Nacionalisdta Galego el que ha insistido en intentar conseguir que Defensa permita el uso de ese edificio como hospital de nuevo para atender problemas relacionados con el Covid-19 sin que haya sido necesario tal recurso ni en los perores momentos de la pandemia.
El Diputado Néstor Rego, que hace un año hiciera la petición que tampoco de aquella era nada nuevo porque en reiteradas ocasiones se ha reclamado la edificación para servicio sanitario cuando es, según indican desde el propio recinto militar, materialmente imposible, volvió a insistir una vez más hace unas semanas y ha vuelto a conseguir la misma negativa de Defensa que arguye idénticos razonamientos para la misma y estamos seguros de que nos será la última vez que se vuelva a repetir el proceso que viene a ser como una matraca periódica sin solución de continuidad.
Recinto militar
Es frecuente también que, determinadas opciones políticas se empeñen en reclamar el uso del recinto de la Escuela Naval para uso público y, en este caso, cabe recordar que en los últimos años ha habido respuesta positiva del centro castrense que ha comprometido su colaboración con clubes y asociaciones para el uso de sus instalaciones deportivas cuando se han gestionado debidamente y con el compromiso de respetar lo que es un recinto militar con las limitaciones que ello tiene. Se da el caso evidente de que, cuanto más permiten el uso de las instalaciones, menos solicitudes tienen para ello y cabe recordar el momento en que, gracias a ese compromiso de colaboración, hasta una concejala del Bloque dio la sorpresa como jugadora de tenis en las pistas ubicadas precisamente cerca de la actual residencia pero le debió duirar muy poco la afición a la raqueta.
La Escuela Naval es lo que es, aunque a más de uno le gustaría que no estuviera en Marín, un importante recinto militar que tiene que observar una seguridad especial no en vano en algún momento ha sido considerada objetivo terrorista como otras instituciones similares. Conseguir una colaboración adecuada es posible siempre respetando la singularidad de su entorno como ya se ha demostrado en otras ocasiones e incluso en la actualidad con colectivos que utilizan las instalaciones que solicitan. Y estar siempre con la misma matraca, aburre porque es reiterar una y otra vez lo que no parece posible.