“Anta da Moura” hizo un estudio sobre los elementos y destaca el interés de muchos de ellos
Carriola.Redacción.13.05.21
El arqueólogo Juan Castro, de la entidad “Anta da Moura”, fue el encargado de realizar un informe sobre el origen y la importancia arqueológica de más de quinientas piezas que, a lo lago de los años, fueron entregadas por el vecindario tras ser recogidas o encontradas en distintos puntos de la localidad. Las concejalas Beatriz Rodríguez y Cristina Acuña recibieron ayer el informe de manos del técnico quien explicó que “inicialmente estas pezas atopábanse na Biblioteca, pero despois pasaron aos fondos museísticos e proveñen de distintas partes do Concello vinculados a xacementos arqueolóxicos pero que non teñen que ver con exacavións arqueolóxicas, senón que foron achegas de veciños e demáis que aparecían ao longo do tempo”.
Valor histórico
Según explicó Castro, el valor histórico de estas piezas radica en la información que aportan de algunas épocas de la historia local, desde el Paleolítico hasta el mundo contemporáneo y añade que “Era imprescindible clasificar estas pezas, inventarialas e telas en condicións de ser consultadas polos investigadores que teñan interese”
En el informe se destaca la presencia de material cerámico pero también de piedra y metal y el arqueólogo considera que “Hai materias que, aínda que non teñen contexto arqueolóxico, son moi interesantes, como uns romanos que apareceron en Portocelo e que debían pertencer probablemente a un antigo asentamento romano que debeu extir por esa zona”.
Una ánfora romana aparecida en el mar y está prácticamente completa y conservada en el Museo; distintos fragmentos de molinos circulares típicos de los castros y varias anforetas de India, son piezas a destacar entre el medio millar de elementos ya catalogados a los que se podría dar visibilidad en alguna zonas del Museo, según declaraciones hechas anteriormente por responsables municipales, afortunadamente porque cabe recordar que muchas de estos vestigios estuvieron a punto de desaparecer tras la muerte de Julio Pazos Gómez que era su valedor y que alguien, sin el menor sentido de la responsabilidad, las retiró de las vitrinas y al parecer quería mandarlas directamente a la basura.