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Los servicios de abastecimiento y saneamiento ya están sustituidos y se trabaja en la nueva disposición de las aceras, la zona de aparcamiento y el pavimento de rodadura.
Acompañada por el concejal del medio rural, Pablo Novas Caballero, la alcladesa Marìa Ramallo visitó las obrs de mejora del Camiño Vello, en Seixo compartiendo la visita con los técnicos que dirigen la transformación de esta importante calle de la parroquia con una actuación global que, a decir de la regidora local “Suporán unha substancial mellora desta rúa en pleno casco urbano da parroquia marinense”.
Los munícipes fueron informados de que parte de los servicios relacionados con el abastecimiento y saneamiento ya están renovados y colocados, así como el trazado de las nuevas aceras de la zona.
Contenido del proyecto
María Ramallo explicó, a pie de obra, que “O proxecto abrangue o tramo comprendido entre a rúa Doutor Otero Ulloa (estrada PO-551) e o cruce coa Estrada O Grupo Escolar de Seixo, coa finalidade de entroncar coa actuación que xa se realizou anteriormente até a estrada provincial EP-1202”, y añadió también, “Esta rúa atopábase en moi mal estado, tal e como incluso aínda se pode ver no pavimento que está por retirar e ao ser moi utilizada pola veciñanza, requería deste importante esforzo de humanización, para convertela nun espazo renovado e cómodo para o seu uso, con todos os servizos modernizados, xa que se producían moitas avarías polo seu deterioro"
Pablo Novas, concejal del área manifestó por su parte que “Coa actuación, anchearanse as beirarrúas ata uns 2,50 metros (dependendo nalgúns puntos das fachadas de edificios anexos) e no que respecta á calzada, quedará o sentido único desde a Rúa Doutor Otero Ulloa ata o Mercado, con carril de 3,5 metros de amplitude, e No que respecta ao estacionamento, deixarase á beira de toda a marxe dereita do viario un espazo de máis de dous metros”
Ambos mientors del grupo de gobierno local mostraron al final de su visita , su satisfacción al considerear el cumplimiento de los planes de obra y la ejecudión de los trabajos que se realizan que, a decir de Ramallo “Suporán unha mellora para a calidade de vida dos veciños de Seixo e unha reforma moi importante para o centro urbano da parroquia".
Estas obras se llevan a cabo dentro del Plan del Concellos de la Diputación de Pontevedra por un importe de 374.361,63 euros.
Mercado de seguro para animales de granja en el mundo postCovid: Retos y oportunidades. Por Mundo Calviño.
La pandemia mundial de Covid-19 ha provocado interrupciones a una escala que nunca antes habíamos visto. El mercado de Seguro para animales de granja avanza lentamente hacia la normalidad. Nadie sabe lo que nos espera. ¿A dónde queremos ir? ¿Cuán rápido? ¿Y cómo llegaremos ahí? Si bien cada organización relacionada con el negocio de Seguro para animales de granja enfrentará su propio conjunto de desafíos y oportunidades para avanzar, el destino es claro: tener éxito en todos los aspectos del mercado de Seguro para animales de granja. Estamos aquí para ayudarlo. Saber cómo responder a la situación les permitirá a usted y a su empresa navegar a través de esta pospandémica. Para comenzar, este informe de Seguro para animales de granja analizará los desafíos que enfrentará o que probablemente ya haya enfrentado y las oportunidades que debería considerar aprovechar.
Mercado global de seguro para animales de granja
El informe de investigación de mercado global de Seguro para animales de granja proporciona los datos de fabricación más recientes y las tendencias futuras, lo que le permite reconocer los resultados, el crecimiento de los ingresos y la rentabilidad. Este informe de la industria enumera a los principales competidores y proporciona un análisis estratégico revolucionario de los factores clave que impulsan el mercado. El informe incluye pronósticos y análisis para 2021-30, descripción general histórica y discusión de comercio significativo, volumen de mercado, evaluaciones de participación de mercado y descripciones de los principales actores de la industria de Seguro para animales de granja.
Julio Santos Pena.
Hoy es el día de felicitar a los padres o acordarse de ellos si ya no están o están muy lejos. Son muchas las personas que lo hacen y me parece justo que así sea porque, aunque haya algunas que otras excepciones, ser padre es un tesoro vital que además se reproduce generación tras generación y los que hoy son hijos, dentro de nada serán padres o incluso padres de padres, en una cadena vital imparable. Pues, desde Carriola de Marín, felicidades a todos al comienzo de este comentario y felicidades también a los hijos que saben hoy acordarse de sus progenitores allí donde se encuentren y a pesar de la maldita pandemia.
Pero también es hoy el día de los “Josés” y, si tuiviésemos que hacer una lista sólo con todos los Josés que conocemos, creo que nos pasaríamos mucho tiempo componiéndola porque el que no es José, a secas, es “José ...” porque a miles de hombres y también mujeres les han colocado dos y hasta tres nombres apoyados en el Santo Carpintero, patrón de la paciencia y el trabajo.
Y como no podemos referirnos a todos, ni mucho menos, quiero, eso sí, elegir a un José especial para mí, especial para los marinenses de mi tiempo infantil y juvenil. Era José pero le conocíamos por Don Pepe. Todavía guardo en mi memoria olfativa el olor del eterno puro que Don Pepe Touriño llevaba permanentemente entre sus labios. Cuando era niño me tenía preguntado si aquel puro era siempre el mismo porque formaba parte de la figura del galeno de los pobres en aquel Marín, también pobre, de mediados del siglo pasado. Ataviado con su traje oscuro y pajarita, tocado con un sombrero alado y portando en su mano un enorme maletín, Don Pepe se pasaba el día de aquí para allá, visitando a los enfermos casi siempre de gripe o catarros de aquellos que le rompían a uno el pecho durante días. Solo hacía falta dejar el recado en su casa y al regresar a ella, después de la visita anterior, Don Pepe salía rebotado hacia su nuevo enfermo, siempre andando, siempre ligero. Hoy seguramente le darían el recado por teléfono móvil pero, de aquella, casi ni teléfonos fijos había, lo que le obligaba a entrar y salir de su casa continuamente.
Don Pepe entraba en las casas sin llamar, porque las casas estaban abiertas con la naturalidad, la tranquilidad y el respeto de aquellos tiempos. Subía las escaleras e iba directo a la habitación del enfermo. Conocía los caminos tras tantos años de atención personalizada a sus cientos de pacientes. Una rápida mirada a la cara del postrado casi le bastaba para determinar la causa de su dolencia pero, generalmente, para asegurarse, utilizaba el rabo de una cuchara que le habían ya facilitado en la casa para aplastar la lengua y pedir al tratado que dijera aquello de “Ah-Ah-Ah” que repetía las veces que hiciera falta no sin alguna que otra arcada. Estaba claro, era el gripazo que atacaba aquel año a medio Marín. Y con aquel fonendo en sus oídos colocaba sobre elpecho y la espalda el frío micro que le aseguraba con sonidos y ronquidos, la naturaleza del problema.
Y Don Pepe pasaba a la acción. Abría aquel enorme maletín y de él extraía la odiosa cajita metálica que brillaba de alegría cada vez que el médico la colocaba sobre la mesilla sobre unos mínimos caballetes metálicos que formaban parte de aquel artilugio. Un algodón impregnado en alcohol de 90 grados empezaba a arder, en azul y rojo, bajo la “cajita” que contenía ya una enorme jeringuilla con varias agujas hipodérmicas bañándose en una minipiscina de agua que, al poco tiempo, empezaba a hervir. Mientras tanto, Don Pepe, con el eterno puro en su boca, sentado en una silla cercana, entraba en un profundo sueño reparador de tanto esfuerzo de idas y venidas, hasta que el tintineo de la jeringuilla bailando los cien grados del agua hirviendo, lo despertaban. Ya no había remedio. Don Pepe tenía en sus manos el frasco de polvo blanco y aquella otra botellita de agua destilada, a la que le rompía la parte superior, introducía la aguja, extraía el líquido, lo pinchaba dentro del frasquito, agitaba la mezcla, volvía a pinchar la goma del frasquito y extraía, ahora sí, la lechosa mezcla que, ya sin remedio y aunque abuelas, madres y hermanos tuvieran que agarrar al “condenado”, acabaría dentro de la nalga sin responder a los frecuentes gritos del paciente. Don Pepe, ceremoniosamente y soplando el humo de aquel habano permanente, empezaba el ritual inverso, recogiendo la maldita cajita con las agujas dentro y metiéndolo todo de nuevo en el oscuro maletón. Tomaba un talonario de recetas y escribía el nombre del medicamento que había que ir a buscar a la farmacia y llamar a Encarna, la comadrona, otra esforzada de la ruta, para que pasase por allí a las 8, 12 ó 24 horas, para repetir el guión.
Algunas veces, Don Pepe era consciente, no de la gravedad del paciente, que adivinarla era “pan comido” para el médico, sino de la precariedad de la familia y dejando allí un par de frascos milagrosos de la inyección, procuraba escapar de allí sin cobrar o incluso acertaba a dejar el dinero que le habían dado debajo de la almohada de aquel lecho del doliente. Si eras un niño, al terminar de colocar la “banderilla”, de daba una moneda, una sonrisa y una caricia, sabedor del respeto que imponía su presencia ante el chaval afectado.
A Don Pepe le hemos visto muchas veces sentado en un banco del jardín tratando de reponer fuerzas para seguir en la brecha, siempre tocado con su sombrero de ala ancha; siempre acompañado de su enorme maletín; siempre cansado pero decidido a seguir dejando la piel por los pacientes. El día que murió llovía un auténtico diluvio. Nadie faltó a la cita y el Templo Nuevo, inmensamente grande para los que eramos de aquella en Marín, se llenó a rebosar. El pueblo se empapó bajo aquel diluvio como si quisiera recompensar las mojaduras que acompañaron a aquel ser bueno durante tantos días y noches de servicio a los demás.
Yo le debo mucho a Don Pepe, y sé por qué, y por eso no puedo dejar de expresar mi gratitud cada vez que tengo ocasión y no hay mejor que acordarse de este día de San José, día de los “Pepes” consciente de que se encontrará allí donde quien manda le tiene reservado un lugar especial para la gente buena. Gracias por tu ejemplo eterno, Don Pepe.
Reproducimos íntegramente unha nota de prensa remitida polo BNG.
O Bloque Nacionalista Galego ven de realizar unha rolda de prensa na súa sede comarcal, situada na localidade de Moaña, para transladar a posición da organización nacionalista sobre o proxecto de lei de cambio climático e transición enerxética que se está a debatir no Parlamento do estado, da man do deputado nacionalista Paulo Ríos e das representantes do BNG das distintas localidades da comarca.
Este novo proxecto de lei está a causar unha grande preocupación no tecido pesqueiro e marisqueiro do noso país. Dende o BNG acreditan na necesidade de lexislar para favorecer unha transición xusta de cara ao uso de enerxías renovábeis que contribúan a reducir os gases de efecto invernadoiro e paliar no posíbel os efectos presentes e futuros do cambio climático.
Porén, o deputado nacionalista, Paulo Ríos, translada que este proxecto de lei, no seu artigo 18, perxudica gravemente os sectores pesqueiro e marisqueiro do noso país, así como as actividades inducidas, como poden ser as depuradoras de marisco, cocedeiros, conserveiras etc, básicas para o mantemento do sector.
Aclara, Ríos, que o artigo 18 representa unha modificación na lei de Costas que entra en conflito directo coas necesidades da cadea mar-industria. Sinala, tamén, que a formación nacionalista ten impulsado diferentes iniciativas nas distintas institucións nas que ten representación, para intentar salvagardar os dereitos e as necesidades do sector ante este proxecto de lei.
Son varias as empresas do sector do mar na comarca do Morrazo afectadas que, de aprobarse este artigo 18, atoparíanse na situación de ter que abandonar as súas actuais localizacións.
“O estado ten que entender a necesidade de manter na súa localización ás empresas e actividades relacionadas directamente co mar, e non deixar que un sector tan importante para Galiza desapareza” afirma o deputado nacionalista.
Nese senso, o BNG presentou máis de 30 emendas a este proxecto de lei, na que foi incluída unha emenda de supresión do artigo 18, deixando a posibilidade de transaccionar esta emenda, excluíndo do artigo as actividades da cadea mar-industria, defendendo os intereses dun sector tan importante para o noso país, como é o pesqueiro e o marisqueiro.
Conclúe, Ríos, afirmando que “O BNG reafirma o seu compromiso coa retirada de ENCE da ría de Pontevedra, afectada tamén por este artigo, por tratarse dunha industria afincada en territorio marítimo pesqueiro sen ter ningún tipo de relación coas actividades da cadea mar-industria”
Fue presentada en el mercado municipal de Seixo por la concejala Cristina Acuña y miembros de la asociacaión comercial.
Ya en la entrevista a Manuel Solla, tesorero de la asociación comercial del Marín-Sur que aglutina a los comerciantes de la zona de Seixo, Loira, Ardán y Santo Tomé de Piñeiro que el pasado domingo publicamos en Carriola de Marín, nos anunciaba la próximidad de una nueva campaña promocional del comercio de la zona y ayer se realizó la presentación oficial en el mercado de abastos de Seixo e con la presencia de la concejala de Comercio, Cristina Acuña , la presidenta del colectivo Cristina Souto y el tesorero del mismo Manuel Solla. La campaña permanecerá activa durant e tres meses y se pretende con ella impulsar las ventas en los establecimientos asociados .
“Primavera de premios e agasallos”
El lema de la campaña es “Primaveira de premios e agasallos” y se pondrà en marcha el próximo sábado coincidiendo on el puente de San José. Según explicaron en el transcurso dela presentación, “A partir de compras superiores a 10 euros, os marinenses ou visitantes que fagan as súas compras en Seixo poderán conseguir unha tarxeta regalo sorpresa, tipo rasca, na que se agocha un premio seguro consistente na posibilidad de obter un xamón; Dez lotes de diversos produtos gastronómicos; 40 botellas de viño e 120 premios en cheques agasallo con descuentos nas compras efectuadas nos establecimentos que participan na campaña.
Cristina Acuña mostró el apoyo del concello a este tipo de acciones comerciales asegurando que “Con esta iniciativa, na que colabora o Concello, a asociación pretende dinamizar o consumo de xeito directo na zona para poder conseguir que a economía local siga chea de vida”.
El actual "Nuevo Templo" se inauguró el día de Ramos del año 1956.
J.S.P.
El Antiguo Templo es un tesoro arquitectónico que conservamos por puro milagro porque, tras la decisión de derribar el Priorato, a punto estuvieron allá por los finales de la década de los sesenta de eliminar también el templo que fue origen religioso de esta villa.
Y ya a finales del siglo XIX, concretamente en junio de 1895, el párroco Manuel González Cruz se mostró muy preocupado por el avance de la comunidad evangélica de la que hablamos en el anterior episodio recogido, como este mismo, de la obra “Marín en las postales antiguas” de Manuel Cendán Vilela. Se procedió a crear un Patronato Católico en el colegio San Luis Gonzaga y los periódicos también de base católica, “El Áncora” y “El Bien”, este último, un semanario. Fue solemne la inauguración de Patronato con asistencia de autoridades locales y provinciales y la primera preocupación presentada era la de la insuficiencia del templo existente (el que denominamos Iglesia Vieja) y la necesidad de construir otro de mayores dimensiones y capacidad con lo que se movilizó a todas las personas de relevancia que pudieran echar una mano para hacer realidad la pretensión. En aquel momento había muchos marinenses en América que habían hecho fortuna y también llegó a ellos la petición de ayuda.
La intención del Patronato se vio positivamente reflejada también en el acuerdo plenario del 7 de diciembre de 1897 en el que se aprobó la propuesta de la alcaldía para construir un templo que pudiera albergar a las “4.500 almas”, y se acordó solicitar a la autoridad eclesiástica la construcción del templo.
Ciento cinco mil pesetas (unos 630 euros de hoy) era el coste de la obra sobre el proyecto en el que no se contaba con el valor del terreno, y el Ministro de Justicia aprobó la construcción en julio de 1899 poniéndose a subasta la obra que quedó cerrada en casi 130.000 pesetas y adjudicada a Domingo Malvar, que participaba la misma a los contratistas Andrés Corbal y José Fernández. El inconveniente era la posesión del terreno que se consiguió con una gestión ante el emigrante Narciso Nores que cede en escritura de compra el terreno de la feria a Antonio Pazos Fontenla valorándola en 25.000 pesetas. El propio Nores exigió el compromiso de que el resto del terreno, de su propiedad, sería dedicado a obras de beneficencia y utilidad pública. Aún así Nores no se libraría de más presión ya que, cura párroco y otros comisionados, vuelven a solicitarle ayuda económica para cambiar las paredes de ladrillo por piedra, material más propio de una iglesia.Comenzaron las obras en el año 1900 pero hubo muchas polémicas y contrasentidos entre unos y otros, y hasta se consiguió una vez más el dinero de Narciso Nores para alargar cuatro metros la nave central del templo lo que suponían otrras 40.000 pesetas, y construir dos torres en lugar de una.
Narciso Orelo fallece en el año 1902 sin herederos y deja como albacea de su fortuna a Narciso Nores Salgado quien determina el destino de la totalidad de sus bienes que divide en tres partes, una de ellas, la que ocupa el templo en construcción; otra para abrir un colegio para señoritas y Escuela de Caridad para párvulos y, la tercera, para proporcionar una renta de 30 pesos de plata de España para su hermano Antonio. Lo malo fue que en el año 1905, en plenas obras, se agotó el presupuesto y aún así continuaron hasta 1909 cuando Narciso Nores volvió a solicitar del Ministerio de Gracia y Justicia la reanudación de las obras, adelantando el dinero necesario. Pero el Ministerio no quiso saber nada del asunto y el templo quedó a medio hacer, perjudicándose con el paso de los años hasta que, en 1939 se intentan reactivar las obras encontrándose con el informe técnico del arquitecto Cominges, dos años después, diciendo que el paso del tiempo había perjudicado mucho la estructura del edificio por lo que aconsejaba su demolición.
Pero la idea de dotar a Marín, ya una población importante al final de la década de los 30, no podía morir y se crea una comisión “Pro construcción de la Nueva Iglesia” formada por Francisco Bastarreche, Cándido Varela el concejal Touriño y el propio alcalde, entre otros, que fructifica con el encargo del nuevo proyecto al arquitecto Sr. Cochón y, ya en la década de los 40, se aprueba el proyecto, se derriba la iglesia nunca acabada y se comienzan las obras del nuevo edificio inaugurándose el Nuevo Templo en el año 1956.
Con la consecución de la nueva construcción del gran templo con el que hoy contamos, se cumplió el anhelo de cientos de marinenses que pusieron su grano de arena individual junto a fuertes compromisos económicos de las administraciones y por fín, el día de Ramos de aquel 1956, se procedió a la celebrar el primero de los actos religiosos con la bendición de ramos y palmas en su interior, sin bancos ni comodidades pero con una gran ilusión de los participantes que por fin comprobaron, comprobamos, que allí cabía el mundo entero y sobraba espacio.
Pero, para terminar este relato sustraído de la obra de Cendán Vilela, quiero añadir aquí un dibujo, cuya autoría desconozco, que recoge lo que era la gran ilusión del párroco Sáez Pichel, Don José, con el templo integrado en un atrio cerrado y un gran edificio de servicios parroquiales y, probablemente, vivienda para el cura y los coadjutores de aquel tiempo, colocado delante del Colegio San Narciso que también aparece en la estampa. Posteriores desavenencias entre parroquia y paúles, acabaron con un salomónico reparto del antiguo campo de la feria, no sin estudiar la donación hecha en su día por el marinense que, desde la Argentina, decidió dar destino de función religiosa y educativa a tan céntrica como importante propiedad. Una salomónica decisión del Arzobispado, trazó una línea de delante a atrás dividiendo el terreno en dos mitades. Hoy la correspondiente a la parroquia sigue siendo de su propiedad pero tiene una utilización abierta y pública y, la que cayó en manos de la orden vicenciana de los Padres Paúles conforma el Parque Eguren por adquisición del terreno por el ayuntamiento lo que ayudó a los paúles a construir el complejo educativo de Chan do Monte.
Como informábamos la pasada semana, Juan XXIII resultó adjudicataria de los trabajos de mantenimiento y puesta a punto de las playas y su vial. Los trabajadores de la Fundación se centran estos días en la limpieza de los muros de la playa de Portocelo. Resultará un largo trabajo que llevará más de un mes para poner todo en su lugar después de los "azotes" del invierno y las inclemencias del tiempo en general, porque la Fundación realizará, en coordinación y compartiendo tareas con las brigadas municipales, el remozado de playas, viales cercanos y desbroces en otros caminos del municipio afectados por las malas hierbas.
Desde mañana más tiempo para terrazas y aumento de aforos.
Marín es uno de los 290 ayuntamientos gallegos con incidencia inferior a los 150 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes y, tras la deliberación de los comités que entienden de las tomas de decisión durante la pandemia, pasa a mejorar ligeramente las restricciones por lo que, la hostelería podrá ampliar su aforo del 30 al cincuenta por ciento en de su total en interior, y abrir hasta las nueve de la tarde ampliando en tres horas la posibilidad de utilizar sus terrazas al 75% del total de sus posibilidades anteriores.
Asimismo, según indicó el propio presidente de la Xunta Núñez Feijóo, otras actividades, como las deportivas o de culto, no podrán superar el 50% de su aforo total. El propio presidente ciñó el toque de queda a las diez de la noche y las reuniones de personas no podrán pasar de cuatro en interior y seis en exterior estando prohibidas reuniones de no convivientes. Continúa cerrada perimetralmente la Comunidad Gallega a la que no se podrá salir ni entrar salvo en casos especificados ya en la normativa vigente.
Feijóo, además, pidió a todos “sentidiño” para no estropear el esfuerzo que se lleva hecho durante el puente o la Semana Santa.
Entresacando datos de la Pequeña Historia de Marín.
J.S.P.
Hoy vamos a recuperar el hilo histórico de la narración que Don José Torres Martínez nos dejó escrita en su “Pequeña Historia de Marín” y de la que estamos en Carriola empeñados en desempolvar sus textos para quien no tenga ocasión de leer o poseer el mencionado libro.
Días atrás nos fijamos en la trayectoria de Don Diego de Arias, señor del Coto de Marín por donación real que, tras enviudar, meterse fraile, escapar del monasterio, acogerse entre los Caballeros Hospitalarios y fallecer dejando el litigio entre éstos y los frailes de Oseira por la propiedad de dicho Coto. También apuntamos que los Nobles de aquellos tiempos se hicieron dueños a la fuerza de lo que era de los monasterios y del sufrimiento de los de Oseira que tragaban carros y carretas porque la espada era la espada, hasta que el abad de Osera consiguió de los mismísimos Reyes Católicos que las cosas se pusieran en su sitio y, a cada quien lo suyo. Algo sacaron en blanco los Hospitalarios porque tras los pleitos reiterados y las decisiones de los Tribunales, se hicieron con alguna de las propiedades que Don Diego había dejado en su tierra natal del Deza. Aquello era poco para la pretensión de los caballeros, pero, algo era algo.
Y Don José Torres nos cuenta la evolución inicial de Marín y su puerto. Señala que “La limpia y espaciosa bahía formaba un claro y prolongado arco de la costa, extenso y dilatado arenal ligeramente interrumpido por las Pedras da Mouta y la de Canto da Area que se alarga desde Punta Pesqueira hasta la de Placeres. En este arenal se abrían las desembocaduras de los ríos Gudín y Lameira, dando lugar esta última en pleamar a una pequeña ría que servía de dársena de refugio para toda clase de embarcaciones”.
El puerto desde el principio gozó de la atención de los buques que realizaron un creciente movimiento lo que causó un notable incremento de población en su entorno. Pero todavía no se denominaba Marín, sino “San Giao dos Ancorados”, aludiendo a la primitiva parroquia de San Julián, que es la más antigua del término municipal, y que comprendía todo el valle sobre el que hoy se asienta la villa. Señala Torres que aún hoy existe el topónimo de “Coirados” que es derivado de Encorados o Enncoirados, a su vez salientes del primitivo vocablo Ancorados.
Poquita cosa era aquello antes del siglo XII. Se limitaba a una línea de casas sueltas a uno y otro lado del río Lameira y se fueron formando pequeños núcleos como el del “Puerto de Marín, formado por Banda del Río, Ribera, Veiguiña y Calzada; Puerto Zapal en Busto de Arriba y Busto de Abajo; Puerto Gudín con La Mouta y Tombo y, finalmente, Pousos da Area identificado hoy con Cantoarena”. A medida que se fueron unificando estos núcleos de población, el conjunto empezó a denominarse Marín que el profesor Torres atribuye a un “vocablo de origen latina derivado de mare, que alude a que la villa está edificada sobre un leve promontorio que, a manera de cuña, se introduce en el mar”.
Fue a mediados del siglo XII cuando los monjes de Osera levantaron varias edificaciones para residencia o balneario, almacenes de pescado y otras dependencias y ampliaron sensiblemente la primera ermita de “Nosa Señora da Guía” para celebrar sus cultos. Los de Oseira administraron el señorío recibiendo rentas tanto de la tierra como del mar, de todos los pobladores del coto cuya primera delimitación, según señala nuestro insigne profesor, “abarcaba aproximadamente la superficie actual del casco urbano empezando en el Río y arroyo del Puerto de Gudín y de allí viene
Diecinueve mojones dividían la demarcación de la también conocida como “Granja de Marín” de la parroquia de San Xulián y en la primera estaban incluidos el caserío del Busto de Arriba, el lugar de San Xurxo anejo a Santo Tomé de Piñeiro así como la granxa de La Cuesta (hoy finca de Briz), y el lugar de la Pesquera con la Granxa de Raposeiras mientras que la jurisdicción marítima llegaba hasta el límite de la feligresía de San Juan de Poio, quedando incluida en ella toda la bahía.
Este capítulo de la formación inicial de Marín en la obra de Don José Torres, termina con el recuerdo a los marinenses que lucharon en la conquista de Sevilla finalizada en noviembre de 1248. Cuenta que, marineros de este entorno dirigidos por Gómez Charino, participaron en aquella reconquista y, a su regreso, después de terminada la guerra “los tripulantes marinenses levantaron entonces en honor del papa mártir San Clemente una ermita en el islote situado frente a la Punta de Casás, para recordar de esta manera la fecha de la gloriosa gesta del Guadalquivir”. Hoy nos situaríamos en le Praia do Santo, aunque lamentablemente, de aquella ermita quedan solo cuatro piedras encerrando su vieja historia.
Recurriremos en próximos días al saber que dejó escrito nuestro profesor José Torres. Vale la pena
La exposición de trabajos artísticos de mujeres artesanas y artistas de Marín abierta con motivo del 8M, se prolonga hasta el próximo 27 de marzo, según ha decidido el Ateneo Santa Cecilia para dar posibilidad de visita a quienes deseen todavía acudir a los locales de la entidad cultural en la prolongación de la Rúa do Forno.
Se trata de una muestra de los trabajos realizados en distintas especialidades por Laura Villanueva, cerámica; Ana Varela, encuadernación; Maribel Rosales, fotografía; Dini Martínez, Teza; More, Cuero; María Iglesias, joyería; Pili Campos, Cestería y tapicería y Marta Carballo, Soutache.
Aquí tenéis imágenes de todos los trabajos:
Personal municipal y brigadas contratadas se repartirán el trabajo.
La primavera llegará muy pronto y con ella la revitalización de la Naturaleza. Una de las consecuencias acaso negativas es, cada año, el desmedido crecimiento de especies vegetales al borde de viales y caminos del municipio que, en numerosas ocasiones, además del efecto visual negativo, suponen peligros evidentes para las personas y la circulación por esos lugares.
El concello se prepara para ello y acaba de celebrar una reunión entre las concejalías responsables que encabezan Marián Sanmartín (Medio ambiente) y Pablo Novas (Rural), con representantes de la “Fundacion Juan XXIII” que tan excepcional trabajo vienen realizando en nuestro municipio desde hace muchos años en este tipo de tareas y en la conservación de varios parques y el vial de playas.
Brigadas a pie y con maquinaria
El concello contará con una brigada de rozas “a pie” de la entidad social que se encargarán de los caminos y viarios de paso estrecho a los que nos se puede acceder con maquinaria pesada o con el tractor desbrozador del concello y, además de esta brigada, el personal municipal realizará el trabajo en otras zonas a donde se puede acceder con el tractor e incluso se contratarán trabajos de roza mecánica en todos los viales de titularidad municipal que lo necesiten debido al rápido crecimiento de la vegetación que se prevé para las próximas semanas y con la intención de garantizar la seguridad viaria.
Planificación y publicidad
Según manifestaron los concejales responsables, “A planificación dos traballos responderá a criterios de necesidade, considerando o calendario festivo da localidade, a tempada alta de praias e a prevención de incendios e, co fin de facilitar a comprensión do calendario de intervencións o Concello porá a disposición esta información na súa páxina web cando estea elaborada”. Anuncian, por otra parte, que además se publicarán en la prensa y medios de comunicación las decisiones que se vayan tomando al efecto en cada momento.
Desde el concello se estima, finalmente que “Esta liña de traballo facilita o contacto das persoas con discapacidade coa veciñanza de Marín e axuda a mostrar “porta a porta” as capacidades deste colectivo de poboación”
Observaron de cerca los cuadros del pintor marinense y otras muestras allí contenidas.
Las instalaciones del Museo Torres encierran obras de propiedad municipal de notable interés, como son los cuadros de Manuel Torres, que no siempre han sido bien tratadas porque durante décadas han sido “secuestradas” en los almacenes del propio museo durante la mayor parte del año, pues sólo se colgaban, y no todas, un mes del mismo con la consiguiente frustración de quien llamado por el nombre del Museo, instalación que se puso en marcha precisamente para las obras de Torres, podría encontrarse con cualquier cosa menos sus cuadros. La política del actual gobierno local parece ir por otro sendero y hay una concejala, Itziar Álvarez, destinada precisamente a la estructuración y promoción de esta pinacoteca, seguramente con el afán de que las obras de Torres no estén escondidas, que es lo más absurdo que puede ocurrirle a ese tesoro artístico del pintor marinense.
Una visita especial
Los mayores de la Residencia de Marín estuvieron en el museo, acompañados de personal de su atención, siendo recibidos por Itziar Álvarez quien les mostró el contenido actual de las salas en las que todavìa está la exposición del Entroido marinense, que recoge numerosas muestras del carnaval local ofrecidas por los distintos grupos que en él participan y como un sustututivo del programa tradicional que este año se anuló a causa del coronavirus.
Los participantes en la visita, disfrutaron doblemente ya que, por un lado, pudieron ver de cerca en exclusiva ya que se cerró el museo mientras ellos estaban dentro con todas las medidas de seguridad anti-virus, y por otro, fue una buena ocasión de salir del centro en donde han estado durante un año más confinados que el común de los vecinos por el Covid-19. Itziar Álvarez, que hizo de anfitriona del centro, aseguró, “foi moi emocionante velos gozar e lembrar anécdotas xa non só coa exposición das comparsas do Entroido, senón tamén con toda a obra de Torrese, entre os visitantes, había un antigo alumno do ilustre pintor”.
Los asistentes se llevaron como recuerdo el catálogo de la pintura de Manuel Torres destinado a la biblioteca de la Residencia y otro de la escultura de la artista marinense 2020, Rosa Crespo y la invitación expresa de la concejala responsable del Museo para que vuelvan a visitarlo, en grupo o individualmente, cuando lo deseen para conocer en mayor profundidad la obra del ilustre pintor marinense.
Las puertas mes a mes
Itziar Álvares aprovechó la ocasión para recordar que otra de las exposiciones que pueden verse en el museo es el de las “Portas da lembranza”, obra de María Sancho que recoge la reproducción de cuadros de doce puertas significativas de Marín, una por mes, que configuran el calendario publicado por el concello y el que, en las redes sociales, según indicó, se puede ver el correspondiente al mes de marzo recogiendo la puerta de la Rúa da Roda nº 8 , casa matriz del pintor Villafinez
La Xunta de Galicia está procediendo en las últimas jornadas al borrado antiguo y nuevo pintado de la PO313, carretera que une Marín y Moaña, después de la finalización de las obras de la Senda peatonal entre Coirados y Pardavila. Se da la circunstancia de que la Senda fue inaugurada en Diciembre de 2020, pero después del paseo inaugural de la conselleira Ethel Vázquez surgieron algunos problemas con el asfaltado que tuvo que ser reemplazado en parte porque, la primera vez, no fue bien aplicado en algunas zonas.
La inversión de esta obra fue de cerca de 600.000 euros, y la senda abarca un total de dos kilómetros, desde Coirados hasta Pardavila. La primera parte se construyó en voladizo para salvar el puente sobre el Río Lameira.
Inaugurada por la conselleira Ángeles Vázquez. Forma parte de la red gallega de seguridad.
Marín cuenta desde ayer con un nuevo sistema de avisos de incidencias meteorológicas ubicado en el Puerto y cuya estación fue inaugurada por la conselleira Ángeles Vázquez en una visita a la rada marinense en la que estuvo acompañada por la alcaldesa María Ramallo.
Son ciento cincuenta y siete las estaciones meteorológicas repartidas por toda Galicia que conforman un equipamiento de más de mil cien sensores de mediación que forman una importante red de seguridad, ya que se podrán obtener datos concretos cada diez minutos del día. Y los marinenses podrán tener información sobre temperatura, presión atmosférica, humedad, vientos y hasta rayos ultravioletas y, sobre todo, la seguridad del propio puerto y las gentes que trabajan en él.
Producto de buena colaboración
Ángeles Vázquez destacó la colaboración con la Autoridad Portuaria de Marín que ha permitido la suma de esta instalación con las del resto de la Comunidad Autónoma así como con Portos de Galicia, lo que permitirá la notable ampliación de la observancia meteorológica en nuestra ría en la que ya existen siete estaciones ubicadas en Cabo Udra, Lourizán, Pontevedra-Campolongo, Castrove, Sanxenxo, Ons y, ahora, en el puerto de Marín. La misión de esta estas estaciones es medir y registrar datos sobre velocidad y dirección del viento, de la sonda de temperatura y de la humedad, la lluvia, la presión atmosférica y la radiación solar global.
La conselleira explicó que estas instalaciones permiten registrar el viento de fondo de la ría a nivel del mar, por lo que, en tiempo real, a través de la web de Meteogalicia, se facilita información al centro de control de las operaciones de carga y descarga, lo que permite definir las condiciones de seguridad necesarias en cada una de las actividades que habitualmente se realizan en el puerto. Con ello se ayuda a controlar la incidencia del clima marítimo en el acceso de los buques al puerto o, incluso, en la manipulación de las mercancías que portan.
En el acto de inauguración estuvieron también, entre otras representaciones, la alcaldesa María Ramallo y el presidente del puerto José Benito Suárez. La regidora agradeció la presencia de la conselleira y destacó la importancia del nuevo sistema ahora ubicado en el puerto de Marín que permitirá tomar datos en Marín mismo sin necesidad de tener que trasladarse a otros lugares cercanos. Ramallo destacó la condición medioambiental exquisita de nuestro puerto, atacada muchas veces sin razón y a ello contribuirá ahora la nueva instalación meteorológica.
J.S.P.
Ya hay que tener el pelo blanco, o no tenerlo (pelo, digo), para acordarse de estos vehículos eléctricos que nos llevaban y traían de Pontevedra a Marín y hasta Lérez y Alba, si querías tomar la segunda línea por algún motivo. Encierran estos vehículos un historial digno de escribir un libro y no es la primera ni será la última vez que alguien se acuerde de ellos sobre todo ahora que tanto molesta y asusta la contaminación y el ruído buscando la creación de coches eléctricos y te das cuenta de que ya teníamos un servicio eléctrico, sin ruidos ni velocidades astronómicas que te llevaban y traían en prácticamente el mismo tiempo, y decidimos deshacernos de ellos cambiándolos por los mastodónticos buses que tardan lo mismo, nos llenan de humos y cobran mucho más, proporcionalmente, por el viaje.
Con el recuerdo de los “troles” nos viene a la memoria muchos de sus operarios, conductores, cobradores y revisores. Graña, los hermanos Dapena, Blanco... eran los que iban al volante pisando por puntos el acelerador y teniendo mucho cuidado en las curvas que no se soltaran las pértigas de la corriente, o tendrían que salir al exterior, armarse de paciencia, y tirar de las cuerdas hasta conseguir conectar de nuevo a los cables paralelos que alimentaban la energía para mover los coches. Con ellos los cobradores e incluso las cobradoras que se incorporaron en los últimos años a aquel puesto de trabajo. Durante mucho tiempo los cobradores empezaban al principio del “trole” con una carterita en la mano e iban cobrando a los viajeros que permanecían sentados o de pie en las plataformas y el pasillo central aunque estaba prohibido. Cobraban por tramos, no como ahora que es igual ir a Pontevedra que a Cantodarea. Con el tiempo se les instaló una mesita con su asiento en la “popa” del coche y cobraban sin moverse del sitio a los viajeros que entraban por la puerta de atrás, y se iban moviendo hacia adelante con el recibo de su billete pagado en la mano. Y el revisor, aquel uniformado que, sorpresivamente, subía en cualquier parada del medio del recorrido y, con un aparatejo en la mano, iba picando los billetes de los presentes para comprobar que ninguno se había colado por la cara. Hoy, los mastodontes buses que los sustituyeron llevan un conductor que también es cobrador y hasta revisor, y los clientes entran por delante y se van moviendo hacia el centro y la parte trasera del vehículo. Todo al revés.
“Prohibido hablar al conductor”. “Prohibido fumar y escupir en el vehículo” “ Prohibido cruzar por delante del trolebús, puede ser atropellado por otro vehículo que Vd. no ve” y junto a estos carteles de prohibición los anuncios de los comercios de Pontevedra y Marín animándote a que compraras sus productos incluso aquel que aconsejaba la visita a un determinado médico para que te consultara las almorranas.
Y en medio de todo esto, Jonh Balan, con sus películas en las que él era el bueno y el malo, hablaba en inglés americano o en español, según para donde soplara el viento y hacía morir de un certero disparo de su revolver manual sobre el que soplaba una vez que el oponente hubiera caído mortalmente herido al suelo por tratar de robarle la novia al otro. Balán remataba la faena con la interpretación del bolero “No te cortes la melena” que los viajeros escuchaban mientras el bohemio de Seixo hacía sonar sus trombones, clarinetes y saxos bucales y se acompañaba con sus prodigiosas manos de baterista contra las paredes final o lateral del trole.
Ayer, un amigo me envió estas fotografías de los troles tomadas el 19 de Julio de 1.981, va a hacer cincuenta años y a mí, ¡qué le voy a hacer!, me entró la nostalgia de aquellos tiempos de mi juventud durante la cual recorrí cientos de kilómetros en trole para ir a donde decía que estudiaba; para ir a los cines o a las verbenas de la Peregrina y, casi siempre, haciendo colas kilométricas porque, de aquella, no había llegado el tiempo del “Seat 600” y había que conformarse con el trole. ¡Cuántas veces nos habremos subido a cualquiera de estas alhajas rodantes! Bendito trole, lento y silencioso, en el que muchos aún tenemos enterrados los recuerdos. Nostalgia pura, pues sí.
Por Lucía Santos Omil (*)
O pasado mes de febreiro, o Deputado do BNG no Congreso, Néstor Rego, presentou unha iniciativa solicitando a posta a disposición do Sergas das instalacións do antigo hospital da ENM de Marín para facer fronte á situación sanitaria provocada pola COVID-19 no caso de colapso nos hospitais. Xa en marzo do 2020, Néstor Rego solicitara a utilización destas antigas instalacións hospitalarias, de ser preciso, xa que a infraestrutura resulta idónea para ser rapidamente acondicionada en caso de necesidade para o uso sanitario.
Se no 2020 esta petición foi denegada, alegando desde o Ministerio de Defensa que ditas instalacións non prestan servizo sanitario na actualidade, un ano despois o Ministerio volve denegar a proposta do BNG para poñer a disposición da cidadanía o antigo hospital, no caso de ser preciso, alegando que o edificio deixou de funcionar como hospital para ser reconvertido como Residencia Militar vacacional. Ademais disto, o Ministerio de Defensa xustifica esta negativa dicindo que dita instalación “resulta necesaria para a adicación exclusiva para o aloxamento do persoal da ENM”.
Considero totalmente inxustificábel a negativa da cesión do antigo hospital, de ser preciso, para facer fronte a unha situación excepcional, como está a ser a crise sanitaria provocada pola pandemia da COVID-19. O Ministerio considera prioritario poñer estas infraestruturas ao servizo residencial de militares antes de cedelo ao Sergas en caso de saturación sanitaria nos hospitais. Estamos a vivir unha situación sanitaria moi grave e cómpre que todos e todas rememos na mesma dirección e poñamos todos os recursos a disposición para poder superar esta crise canto antes e co menor número de víctimas.”
E xa para rematarlembro insisto en que só se está a solicitar o seu uso no caso de necesidade por saturación nos hospitais. Por iso non podemos entender que o Ministerio rexeite esta proposta, pois estariamos ante unha situación de extraordinaria gravidade, que ogallá nunca cheguemos a vivir. Esta negativa é incomprensíbel.”
(*) Portavoz Municipal do BNG
Pertenece a una conocida familia marinense del gremio de la panadería.
Una joven 25 años de edad resultó atropellada en la Avenida de Orense cuando, al parecer, cruzaba el paso de peatones ubicado a la altura de la antigua Lonja de pescado, sufrió un fuerte golpe en la cabeza, según indican testigos presenciales a Carriola de Marín, por los que fue trasladada por la ambulancia al hospital de Pontevedra. Las mismas fuentes aseguran que la joven presentaba, a la vista, una hemorragia por un oído consecuencia evidentemente del fuerte golpe recibido del vehículo turismo que circulaba hacia Marín en el momento en que ella y una compañera, que resultó ilesa, se dirigían a sus puestos de trabajo en una empresa de procesado de pescado dentro del recinto portuario.
La chica víctima de este lamentable suceso es muy conocida en Marín ya que pertenece a una familia propietaria de una popular panadería, y el suceso ocurrió poco antes de las dos de la tarde en una zona de frecuentes accidentes por la intensa circulación que se registra diariamente y a pesar de que los pasos de peatones que se sitúan en el tramo frente a las instalaciones portuarias, están perfectamente señalizados.
El accidente causó una notable alteración del tráfico durante el tiempo en que la chica fue atendida tanto en el punto donde quedó herida, como posteriormente en la ambulancia que la recogió para trasladarla al centro hospitalario. Efectivos de las policías Nacional y Local se hicieron cargo del auxilio en primera instancia y de la regularización del trafico, en aquel momento muy intenso por ser una hora punta, además de recabar la información necesaria para añadir al atestado que clarifique las causas del accidente entre el numeroso grupo de curiosos que se arremolinó en el lugar del suceso.
“Solo es una mediada de autopromoción del gobierno” considera Manuel Pazos.
El grupo socialista de la corporación marinense no considera adecuada l promoción del comercio a base de regalar plantas y, su portavoz Manuel Pazos, se queja de que el gobierno local pretenda hacer autobombo con una medida que dista mucho de lo que era el compromiso primitivo de destinar 45.000 euros en vales y bonos de descuento habiéndose gastado en el año 2020 únicamente 5.000. Pazos recuerda que no hace muchos días hacían pública esta consideración que distaba mucho de los compromisos adquiridos habiendo ejecutado no más del 50% del dinero prometido a este fin.
“Este tipo de campañas no son eficaces”. asegura Manuel Pazos
En un comunicado remitido a Carriola de Marín, Manuel Pazos insiste en manifestar que “Ahora que vemos que el gobierno local acaba de anunciar una campaña en la que presentando tickets por valor de 30€ te regalan una planta, consideramos que este tipo de campañas no son eficaces para impulsar las ventas de nuestros comercios, si no que simplemente servirán para canjear tickets de las compras habituales que ya se iban a efectuar en Marín de todos modos”. Añade el portavoz socialista “La medida de hecho no figuraba entre las propuestas y aprobadas dentro del plan de reactivación del comercio local, con lo que no nos cabe duda de que se trata de una improvisación. Además de la multitud de experiencias municipales que hay en toda Galicia para fomentar las ventas en el comercio de proximidad, nunca hemos visto ninguna tan superficial como la que ahora se propone en Marín.
Finalmente recalca Pazos que “Parece por tanto una medida más pensada en la autopromoción del equipo de gobierno que en promocionar de una forma efectiva las ventas en el comercio local en una época tan dura y difícil como esta por lo que reclamamos que se emplee el dinero público con mayor rigor y que se cumplan las medidas y las partidas económicas acordadas dentro del plan de dinamización comercial”.
Una mujer de mediana edad resultó herida alrededor de la una y media de la tarde al ser atropellada por un vehículo en el paso de peatones cercano a la entrada de la Plaza Marqués de Valterra de Cantodarea, conocida popularmente como "el relleno".
De momento no tenemos más información, en Carriola trabajamos en la ampliación de la noticia, que pondremos a vuestra disposición en cuanto sea posible.
Volvemos a la inestimable fuente de Manuel Cendán Vilela quien, durante años, entretuvo su jubilación rebuscando datos de nuestra historia más reciente que quedaron plasmados en su magnífica obra “Marín en las tarjetas postales antiguas”. Hoy nos detenemos en el capítulo que se refiere a la Capilla Evangélica de Marín y a las vicisitudes que se vivieron para construirla en una época donde el protestantismo era casi novedad y la intransigencia casi una norma que, por fortuna, fue decayendo con los años como no podía ser de otro modo. La capilla evangélica fue tras su construcción, acaso el edificio con más empaque en el urbanismo de aquellos tiempos y en torno a ella, se consolidó una comunidad evangélica modelo de especial relevancia no solo a nivel local sino gallego.
Y todo empezó con la Revolución de 1868 cuando se proclama en España la libertad religiosa consagrada en la Constitución dictada un año después. Aquella nueva situación facilitó que evangelizadores británicos empezaran sus misiones en este país llegando, principalmente por los puertos de Vigo, Coruña y Carril. En Marín se abrió entonces el Registro Civil para “nacidos, casados y muertos” facilitando los casamientos ante el alcalde y su correspondiente registro.
Y hete aquí que tal situación no fue, como cabría esperar, del agrado de la “competencia” y al cura párroco que por aquí mandaba, Pedro González Cruz, que cuidaba y gobernaba el cementerio construido con fondos públicos, se le exigió la entrega de la llave del camposanto, llave que no quiso dar por lo que el ayuntamiento remitió un requerimiento al Gobernador Civil para que exigiera al cura el cumplimiento de la orden municipal. Paralelamente, 175 personas del pueblo remitieron una instancia el 7 de marzo de 1869 pidiendo el traslado del cura aludiendo, dice Cendán “a que tiene mal genio y mal comportamiento con sus feligreses como es probado y notorio”.
La relación cura corporación no era la más idónea para el entendimiento y ante la cerrazón del tal Don Pedro Cruz, el alcalde Francisco González Garay emite un bando en el que dice textualmente: “Hago saber a todos los vecinos que la Corporación acordó prohibir la presentación que perciben los curas párrocos, con el nombre de ofrenda y oblata consistente en granos, vinos, carneros, gallinas, huevos y otras especies así como los derechos de sepultura, y que en los entierros no se satisfaga a los curas más que los que hayan dispuesto los testadores o, a falta de testamento, lo que quieran dar buenamente los herederos. Y a que llegue la noticia el público, se fija el presente Edicto en los sitios de costumbre”.
Y surgió el detonante, como no podía ser de otro modo, algo que llegó a publicarse el 18 de marzo de 1880 en “La Ilustración Gallega y Asrturiana” según la cual, había fallecido un joven de 18 años y el cura de la parroquia se negó a prestarle los auxilios espirituales así como también a conducir el cadáver al cementario prohibiendo que le acompañase sacerdote alguno”. (Cabe pensar que, la causa de la absurda negativa del cura, hoy impensable, pudiera ser, como la tradición oral ha venido diciendo, que el joven falleciera a causa de un suicidio, lo que imposibilitaba la atención sacerdotal al respecto).
El 8 de mayo del mismo año es cuando llegan a Pontevedra dos misioneros protestantes que inician su evalgelización por la zona y uno de sus primeros signos públicos fue la invitación de Tomás Blamire, pastor evangélico, a la asistencia al entierro de un carabinero perteneciente a la iglesia evangélica.
Y con ese ambiente - apunta Cendán Vilela- llega a Marín el mismísimo Tomás Blemire y su familia quedando censado aquí el 31 de diciembre de 1882, residiendo en la Calle del Sol número 10. Blemire tenía 34 años; su esposa Rosseta Sarah 44 y sus hijos Lewis y Tomas, 8 y 5 respectivamente. Blemire inició su predicación en Marín y Santo Tomé de Piñeiro y supo buscar y encontrar el ambiente propicio en los sectores de gente humilde y marinera que estaban hasta el gorro de aturar al cura párroco de aquel momento. El pastor se implicó decididamente en dos cuestiones, de un lado, conseguir la normal utilización del cementerio para aquellos que morían fuera de la comunión católica y, de otro, la construcción de una capilla en Soage (Piñeiro). Consiguió la ubicación del “cementerio para disidentes” acordado en el Pleno del 26 de enero de 1890 y la reedificación de un local en Loira donde ejercer el culto. Pero la verdadera y ambiciosa pretensión de Blemire fue la de levantar una capilla evangélica en Marín, cosa que la comunidad protestante conseguiría no sin trabajo durante muchos años entre otras cosas por las difíciles relaciones entre la comunidad católica y la emergente de los protestantes.
Entre el 30 de marzo de 1892 y el 22 de agosto de 1897 se sucedieron los tortuosos capítulos de la intención evangélica de hacer posible la construcción de su capilla. Se adquirieron terrenos y se solictó la licencia que fue reiteradamente denegada por el ayuntamiento e incluso por el Gobierno Civil y, en medio de esta lucha administrativa, fallece Tomás Blamire en enero de 1894 sin ver cumplido su sueño, sucediéndole Juan Cecilio Hoyle que prosigue el empeño de la comunidad para conseguir la capilla. Adquiere más terrenos pero su petición vuelve a ser rechazada por el Pleno el 18 de agosto del 1895; vuelve a presentar instancia y proyecto para la edificación y se encuentra con que ahora hay otra propuesta municipal para hacer una plaza pública en el mismo sitio con objeto de hacer el mercado más grande que la que había en Sol. En agosto de 1896 fue Luis Wirtz, representando a Hoyle quien presenta un resumen de las actuaciones llevadas hasta el momento pero no recibe respuesta alguna por lo que se levanta acta notarial para dejar constancia de la arbitrariedad manifiesta del concello. En marzo de 1897, vuelve Cecilio Hoyle a solicitar licencia y esta vez, la Comisión de Policía Urbana informó contra la expropiación de terrenos para construir el mercado y encomienda la autorización de la construcción que se solicita por el pastor evangélico.
De poco valdría este giro de la autoridad municipal porque, el gobernador civil, en mayo de 1897 anuló el acuerdo plenario y dejó firme el de expropiar los terrenos para hacer la plaza pública incoando expedietne, además contra los concejales que habían tomado el acuerdo de la construcción de la capilla. Claro que la insistencia de Cecilio Hoyle acabó dándole la razón porque recurrió ante el Ministerio de la Gobernación los acuerdos del gobernador civil, y consiguió que, el Pleno del día 22 de agosto de 1897, se diera por enterado de la Real Orden de S.M. el Rey y, en su nombre la Reina regente, que en su conclusión final revocaba los acuerdos del gobernador civil aceptando el recurso de Hoyle, y dando validez a la decisión municipal de 28 de marzo concediendo el permiso para edificar.
Y tan laborioso trabajo administrativo dio su fruto porque, tras las obras, el 31 de diciembre de 1899 se inauguró la capilla, seguramente con el culto especial que cada noche de fin de año celebran los miembros de la comunidad evangélica. El edificio de la capilla protestante fue, durante muchos años, uno de los más destacados de esta villa.
Cabe añadir la realidad de las reticencias que durante muchos años tuvieron las comunidades religiosas católica y protestante, quizá por la poca colaboración y la cierta incomprensión entre los responsables de ambas, y a la católica, que era mucho más numerosa y antigua, se oponía la ejemplar cohesión de la minoría protestante. Por fortuna hoy no existe, salvo aisladísimos casos, motivo para enfrentamientos ni incomprensiones entre ambas.
Como colofón vuelvo a agradecer el contar con el tesoro informativo que dejó Manuel Cendán Vilela para la posteridad, tesoro del que seguiremos extrayendo capítulos para muchos desconocidos.